Como cada año en nuestra Escuela, justo antes de las vacaciones de Navidad, se celebra la Fiesta del «Rakú» que consiste, principalmente, en una subasta solidaria de piezas cerámicas hechas con esta técnica, y cuya recaudación es donada a fines solidarios. En esta ocasión fue destinada a la asociación Rey Heredia de Córdoba.
Los alumnos del ciclo de Cerámica y de primero de Ebanistería Artística desarrollaron unas obras muy especiales en torno al concepto de «Resiliencia», esa capacidad que tenemos todos de sobreponernos y salir fortalecidos de situaciones adversas. Nos pareció un tema muy apropiado después de haber sufrido los efectos de la pandemia en estos últimos años.
La técnica del rakú se relaciona con el disfrute de la acción de crear en torno a los elementos de la naturaleza; agua, fuego, aire, tierra. Se trata de una técnica originaria de Corea y Japón.
Las piezas cerámicas bizcochadas y decoradas con esmaltes que contienen óxidos metálicos de; cobre, hierro y plata, son cocidas a casi mil grados en un horno de gas. A esta temperatura se abre y se sacan las piezas al rojo vivo con ayuda de unas pinzas. Se introducen en bidones de metal con serrín u hojas secas. Esto provoca fuego y humo que es controlado cerrando el bidón con una tapadera. La falta de oxígeno dentro de este contenedor provoca una atmósfera reductora, que es la causante de que los metales de los esmaltes aparezcan produciendo matices de colores; oro, plata y cobre, muy llamativos y que tanto caracterizan a esta técnica. También aparecen superficies de esmaltes blancos cuarteados y las zonas que no han sido esmaltadas quedan de color negro, debido a la acción del humo que se introduce en la pasta cerámica. A este tipo de rakú lo denominamos «Occidental».
Este año también hemos trabajado el «Rakú Desnudo» que no lleva esmaltes y sí, unas capas bruñidas de engobes decantados. Para finalizar se le aplica un segundo engobe refractario compuesto de caolín y sílice a modo de reserva que, posteriormente cuarteará dentro del bidón y acabará desprendiéndose del todo al enfriar las piezas con agua fría. Este tipo de rakú no se cuece a más de 900 grados.
El resultado es de blancos satinados con sinuosas líneas y motas de color negro. Un efecto producido gracias al humo que propicia, de forma espontánea, calidades muy sugerentes y elegantes.
De la fuerza de los contrastes de la naturaleza surgen unas piezas que siempre sorprenden y que tienen la capacidad de expresar emociones.
Esperamos que os gusten y muchas gracias a todos los participantes; alumn@s, profesores y a todo aquel que adquirió una obra y colaboró de forma solidaria.
Fotografías: Rodrigo Díaz
Maestra de Taller de primero: Valle Sillero Arroyo
Maestro de taller de segundo: Antonio Sillero Sánchez de Puerta
Profesora de Proyectos y Materiales: Mónica Rivas Lee